Akathisto al Santo Diácono Mártir Vicente de Zaragoza

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Breve introducción a la vida del Santo Diácono y Mártir Vicente

El santo mártir

VICENTE de Zaragoza, diácono, martirizado en Valencia

cuya fiesta se celebra el 11/24 de Noviembre

El santo mártir y diácono Vicente vivía en Zaragoza en los tiempos del emperador de Roma Maximiano, es decir, en el siglo III después Cristo. Otros autores sitúan su vida y martirio en el siglo anterior (persecución de Diocleciano del año 304 después de Cristo). En la Hispania Romana gobernada Daciano, conocido por su dureza contra los cristianos. En Zaragoza, que entonces se llamaba Caesaraugusta, el trono episcopal fue ocupado por el santo obispo Valero, y este mismo San Valero es hoy día el santo patrón de la ciudad. En otros santorales le encontramos con el nombre helenizado de Hilario. Vicente al lado de su obispo enseñaba con celo al pueblo de Dios los sagrados dogmas de la fe ortodoxa provocando la ira del gobernador Daciano, que arrestó al obispo y al diácono, les encerró en la cárcel y, después de encadenarles con pesadas cadenas, les trasladó a Valencia y les metió en una celda sucia y oscura. De este terrible presidio, a los pocos días sacó solamente a Vicente para torturarle hasta que renegara de su fe. El salvaje Daciano ordenó que desgarrasen las carnes de Vicente con hierros puntiagudos; a continuación le clavaron a una cruz de madera y le golpearon en todo el cuerpo.

Lleno de heridas le desclavaron de la cruz y le torcieron sus miembros, golpeándole y, al mismo tiempo, quemando sus costados con fuego. Una vez que todos los miembros hubiesen sido desarticulados y colgasen inertes de sus articulaciones dañadas, continuaron con el martirio bestial colocándole hierros candentes en el pecho y traspasándole con espetones pasados por el fuego. El santo soportó todos estos sufrimientos con perseverancia, v de una manera milagrosa permaneció ileso. Enfurecidos, los verdugos le volvieron a meter en la cárcel. Vicente, ya en prisión, fue hallado digno de recibir visita y ayuda divinas. Muy feliz y reconfortado por su visión, entregó el espíritu a su Señor rezando y sucumbiendo a sus graves heridas. Una multitud de ángeles se apresuraron a cubrir el cielo azul de España para recibir el alma del gran mártir, cantando himnos y glorificando la victoria de la iglesia militante de Cristo. Los sagrados restos mortales de San Vicente fueron enterrados en Valencia, pero su memoria se celebra cada año, tanto en Oriente como en Occidente, el día 11 del mes de noviembre. San Vicente es el más insigne de los mártires españoles y su culto se propagó enseguida por todo el mundo. San Agustín le elogia escribiendo de él:

«Quousque vel Romanum Imperium vcl christianum nomen extenditur natalem non gaudet celebrare Vicentii?» (PL. 38, 1257).

O santo mártir de la bellísima tierra de los españoles, ruega por la salvación del pueblo de Zaragoza, tu tierra natal, de España y de todo el mundo, para que nosotros, como tú, confesemos a Cristo por los siglos. Amén.

Megalinario

Salve, antorcha divina de España, gloria de Zaragoza, tesoro de Valencia, salve, inagotable torrente de milagros, bienaventurado Vicente, orgullo de diáconos.

Tomado del Santoral Ortodoxo Español edición bilingüe (griego-español)

realizado por la oficina para las Misiones Ortodoxas en el Extranjero

APOSTOLIKI DIAKONIA de la Iglesia de Grecia

Por el Prof. Georgios Emmanuel Piperakis

s. vicente

Akathisto al Santo Diácono y Mártir Vicente de Zaragoza

kondakio I

 

Habiendo llevado a término el buen combate, invencible mártir, recibiste la corona de la inmortalidad. No ceses nunca de interceder por nuestras almas para que por tus oraciones seamos unidos con las ovejas a la diestra del Pastor, nosotros que por este canto alabamos tu santa memoria: ¡Alégrate, Santo Diácono y Mártir Vicente!

Ikos I

 

Naciste en Zaragoza, en la tierra de España, hijo ilustre del Cónsul Agreste y de Enolia y desde tu juventud fuiste confiado a San Valero para que te instruyese en la dulce ley de Cristo, y nosotros clamamos al fervor de tu tierna edad:

Alégrate, Senda frágil del camino.

Alégrate, Discípulo perfecto desde la infancia.

Alégrate, Esqueje del madero de la Cruz.

Alégrate, Rayo fuerte del Gran Sol.

Alégrate, Aurora de la vida en Cristo.

Alégrate, Jarro de elección del Dios Trino.

Alégrate, Santo Diácono y Mártir Vicente.

kondakio II

 

Discerniendo santamente tus méritos ocultos, fuiste para San Valerio un bastón de ancianidad. Él se apoyó en tu celo por servir a la Iglesia y por enseñar a los fieles la Ley del amor, yendo hacia el cielo cantando: ¡Aleluya!

Ikos II

 

No ahorrando ni en penas ni esfuerzos, creciste en sabiduría y santidad. Entonces te emplearon como predicador y te ordenaron diácono en la Iglesia de Dios, donde nosotros te cantamos ahora, maravillados:

Alégrate, Digno pariente de San Lorenzo.

Alégrate, Mensajero del Evangelio.

Alégrate, Impecable siervo de la Iglesia.

Alégrate, Ofrenda pura al Señor.

Alégrate, Holocausto agradable a Dios.

Alégrate, Modelo de los diáconos de la Iglesia.

Alégrate, Santo Diácono y Mártir Vicente.

kKondakioIII

 

Cuando Daciano vino a perseguir a los cristianos, y después de haber torturado cruelmente al rebaño sagrado de corderos espirituales, fue al encuentro del Pastor Valero y al tuyo, mientras que clamabais a Dios: ¡Aleluya!

Ikos III

 

Te hizo confinar en una cloaca inmunda con el fin de que el miedo y las privaciones te turbaran, pero Dios no te abandonó en ningún momento y desde el cielo te envió gran consolación, mientras que los mártires cantaban cerca del trono divino:

Alégrate, Testigo plácido de la fe.

Alégrate, Icono puro del Salvador.

Alégrate, Faro de la gloria divina.

Alégrate, Primicia en el altar del Señor.

Alégrate, Encarnación de la gracia pura.

Alégrate, Puerta del cielo en la tierra.

Alégrate, Santo Diácono y Mártir Vicente.

Kondakio IV

 

Cuando compareciste ante tu atormentador, él fue sorprendido con tu fuerza y tu júbilo; porque a pesar del suplicio y las privaciones tu cuerpo brillaba por la Gracia del Señor, exclamando sin cesar hacia Él: ¡Aleluya!

Ikos IV

 

El uso de la oración te fortaleció, dando rienda suelta al furor del inhumano tirano, pues él no podía imaginar que el cuerpo no puede aniquilar el fervor del espíritu. Admirando tu fidelidad, nosotros te decimos:

Alégrate, Invocación de todo el cuerpo.

Alégrate, Elevación del alma en fuego.

Alégrate, Viva oratoria de Cristo.

Alégrate, Crisol donde fluye la oración.

Alégrate, Templo vivo de intercesión.

Alégrate, Bello custodio de la oración.

Alégrate, Santo Diácono y Mártir Vicente.

Kondakio V

 

San Valero, no pudiendo, a causa de su edad, responder a las vanas sutilezas del impío, te encargó refutar, en nombre de la Iglesia, las demandas ineptas del tirano Daciano, mientras que en su corazón sonaba un eco que decía: ¡Aleluya!

Ikos V

 

Convertido en voz de la Iglesia, rechazaste adorar nunca a los falsos dioses del emperador, sabiendo que son obras vanas de las manos del hombre, y testificaste de Cristo y de su Reino, y los ángeles del cielo comenzaron a decir:

Alégrate, Heraldo perfecto del Todopoderoso.

Alégrate, Confesor de la verdad.

Alégrate, Defensor de la Ortodoxia.

Alégrate, Reflejo del misterio de Cristo.

Alégrate, Testigo garante de nuestra fe.

Alégrate, Héroe del último combate.

Alégrate, Santo Diácono y Mártir Vicente.

Kondakio VI

 

Tus palabras fueron una consolación para los cristianos que asistieron a tu martirio, las cuales provocaron la rabia de Daciano, que ordeno que te torturaran duramente, mientras que clamabas a Dios: ¡Aleluya!

Ikos VI

 

Tu cuerpo fue sometido a pruebas terribles y tus miembros fueron dislocados por los verdugos, mientras que mantenías un rostro alegre, despreciando el dolor e ignorando los golpes. Ante tu coraje insigne nosotros te cantamos:

Alégrate, Ofrenda serena y total.

Alégrate, Víctima impecable, inmolada.

Alégrate, Oblación perfecta a Dios.

Alégrate, Don puro en el altar de Cristo.

Alégrate, Víctima en tu propio cuerpo.

Alégrate, Oveja que camina hacia el Cordero de Dios.

Alégrate, Santo Diácono y Mártir Vicente.

Kondakio VII

 

Así pues, los verdugos se cansaron de atormentarte, porque te reías de sus pobres invenciones, y en sus mentes obnubiladas unidas al mundo, ellos solo veían tu dolor y no tu gloria y tú cantaste al Altísimo: ¡Aleluya!

Ikos VII

 

Cada nuevo sufrimiento que te infligían se convertía en una joya insertada en tu corona. Esperando llenar tu cuerpo magullado, de quejas, solo obtenían alabanzas a Dios. Y nosotros rendimos homenaje a tu coraje, cantando:

Alégrate, Cirio encendido ante el altar de Dios.

Alégrate, Coraje de los pusilánimes.

Alégrate, Firmeza de los que vacilan.

Alégrate, Paz de los que son atormentados.

Alégrate, Propiciación de los corazones puros.

Alégrate, Refugio de los náufragos del mundo.

Alégrate, Santo Diácono y Mártir Vicente.

Kondakio VIII

 

Por un sutil refinamiento de crueldad, fuiste acostado en un lecho de ardiente fuego, pero tu sangre se derramó extinguiendo la llama y cogiéndote de nuevo el tirano te devolvió al calabozo donde cantabas: ¡Aleluya!

Ikos VIII

 

Por la fuerza de tu alegría interior, los tormentos exteriores desaparecieron repentinos, pues Cristo te insufló una nueva energía, a fin de completar tu victoria en Su Nombre. Y nosotros unidos a Él, te honramos cantando:

Alégrate, Exultación del paraíso.

Alégrate, Modelo de la perfecta alegría.

Alégrate, Insigne hijo del Padre Santo.

Alégrate, Amigo de Su Hijo Jesucristo.

Alégrate, Receptáculo del Espíritu Santo.

Alégrate, Alabanza de la Trinidad.

Alégrate, Santo Diácono y Mártir Vicente.

Kondakio IX

En el corazón de la noche, se iluminó tu prisión y el mundo espiritual se manifestó. Las huestes celestiales vinieron a reconfortarte, llenando tu celda de suaves fragancias y clamando contigo a Dios: ¡Aleluya!

Ikos IX

 

Los guardias, maravillados, abrieron sus ojos a la inefable realidad del Reino. Ellos pidieron en el campo el santo bautismo y se unieron al rebaño espiritual y comenzaron a proclamar tus santas obras:

Alégrate, Destello de luz celestial.

Alégrate, Eco de las maravillas celestes.

Alégrate, Espejo de virtudes angélicas.

Alégrate, Sombra del Reino en la tierra.

Alégrate, Incienso sutil de pureza.

Alégrate, Bautismo en tu propia sangre.

Alégrate, Santo Diácono y Mártir Vicente.

Kondakio X

 

Daciano, prevenido por los santos acontecimientos, buscó nuevas torturas para infligirte, aunque los ángeles que rodeaban tu cuerpo, te incitaron a venir con ellos al Cielo, cantando al Dios Vivo: ¡Aleluya!

Ikos X

 

Por más bondad, Daciano no te pudo vencer, porque tú te desvestiste pronto de la túnica de la carne y te uniste a las cohortes de los mártires, dejando al verdugo impotente ante tu muerte, mientras que los fieles te aclamaban cantando:

Alégrate, Viña que pronto da su fruto.

Alégrate, Racimo consagrado en el altar.

Alégrate, Cepa en la que Cristo es Viñador.

Alégrate, Rama de la que brota sangre pura.

Alégrate, Enramado que se enrosca en el cielo.

Alégrate, Sarmiento injertado en la morada celeste.

Alégrate, Santo Diácono y Mártir Vicente.

Kondakio XI

 

Tu cuerpo echado como pasto a las bestias salvajes, fue protegido de bestias de presa y lobos, por un cuervo que lo defendió valientemente, frustrando así los deseos del impío tirano, mientras tu alma cantaba: ¡Aleluya!

Ikos XI

 

Daciano esperaba que tus reliquias desaparecieran de la faz de la tierra. Pensaba borrar hasta los recuerdos de la gloria que Dios había manifestado por tu martirio. Por eso nosotros te cantamos:

Alégrate, Iluminación de Dios.

Alégrate, Tribuna de la verdad.

Alégrate, Dedicación del Santo Maestro.

Alégrate, Predilección en la eternidad.

Alégrate, Evidencia perenne de la fe.

Alégrate, Testigo santo del paraíso.

Alégrate, Santo Diácono y Mártir Vicente.

 

 

Kondakio XII

 

Metido en un odre de piel y lanzado al mar, tu cuerpo devuelto por las olas fue encontrado y depositado en una iglesia. Una mujer de nombre Ionicia cumplió esta hazaña cantando a Dios: ¡Aleluya!

Ikos XII

 

Tú sufriste en la carne contemplando a Cristo Vivo, y no cediste al tirano. Después de tu muerte, él quiso eliminar tu cuerpo, pensando que la gloria de Dios no sobreviviría por tu muerte, pero tú has atravesado el tiempo y nosotros te decimos:

Alégrate, Santuario desbordante de milagros.

Alégrate, Dispensador de dones divinos.

Alégrate, Corazón abierto a nuestra angustia.

Alégrate, Pronta respuesta a nuestra oración.

Alégrate, Escudo poderoso de la fe.

Alégrate, Tabernáculo lleno de gracia.

Alégrate, Santo Diácono y Mártir Vicente.

Kondakio XIII

Aplastado por el tirano como un grano en la prensa, tu santo cuerpo se injertó en las viñas celestiales y tu sangre derramada en la tierra de España se convirtió en fuente de milagros y curaciones para los que claman al Señor: ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!

(Se repite este kondakio 3 veces)

(Se repite el kondakio y el Ikos I)

 

 

Oración a San Vicente Diácono y Mártir de Zaragoza

 

Oh Santo Mártir Vicente, modelo de los cristianos, y gloria inmarcesible del coro diaconal. Venciste en tu juventud sólo por Dios y soportaste en la alegría de Jesucristo, las penas y tormentos del tirano impío. Modelo de virtud e icono del Señor, haz que por tu intercesión ante el Todopoderoso podamos imitar tu ejemplo insigne, purificando nuestros cuerpos y nuestras almas del pecado y colocándonos sobre tus sagradas huellas. Y cuando llegue la hora del último combate, que por la gracia de tus oraciones el Señor nos acoja en su seno. Amén.

Tropario tono 4

 

Oh Santo Diácono y Mártir Vicente, por tu combate recibiste la corona de la inmortalidad. Nos has mostrado el camino al paraíso, poniendo tu vida sobre el altar del sacrificio, despreciando la gloria vana de este mundo. Intercede ante Dios misericordioso para que conceda la salvación a nuestras almas.

Kondakio tono 2

 

Tu cuerpo fue pisoteado como el fruto de la viña, por los tormentos y las torturas del tirano. Vio su sangre fluir como vino en el altar, sacrificio agradable a Cristo vencedor, en la santa mesa del Reino Celestial. Ruégale, para que por su infinita misericordia, nos conceda la salvación de nuestras almas.

 

Akathisto traducido para Gloria de Dios

por psaltir Nektario B. (c) Noviembre 2014

del original compuesto por

Claude Lopez-Ginisty

Fuente:



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