Más allá [los musulmanes], nos llaman “asociadores”, porque afirman que introducimos un asociado al lado de Dios, diciendo que Cristo es el Hijo de Dios y que también es Dios.
Nosotros les respondemos: “Esto es lo que la Escritura y los profetas nos han relatado y vosotros, como proclamáis, aceptáis la autoridad de los profetas. Si por esta razón estamos equivocados afirmando que Cristo es el Hijo de Dios, entonces los que nos han enseñado así y que nos han relatado tales escritos, están igualmente equivocados”. Algunos sarracenos sostienen que somos nosotros quienes hemos añadido tales cosas, alegorizando los profetas. Otros proclaman que fueron los judíos los que, llenos de odio, nos han engañado con falsos escritos de profetas y esto con vistas a nuestra perdición.
De nuevo les respondemos: “Ya que afirmáis que Cristo es el Logos y el Espíritu de Dios, ¿cómo, pues, podéis tacharnos de asociadores? Pues el Logos y el Espíritu son inseparables de Aquel en quien todo esto tiene su origen. Si, pues, el Logos está en Dios, es evidente que es Dios igualmente. Si por otra parte, está fuera de Dios, entonces Dios, según vosotros, está sin Logos y sin Espíritu. Así, pues, intentando no poner asociados cerca de Dios, habéis mutilado a Dios. Pues habría sido más ventajoso para vosotros decir que Dios tiene un asociado, que mutilarlo y presentarlo de la misma manera que lo haríamos con una piedra, madera o cualquier otro objeto inanimado. Es así como nos llamáis “asociadores” sin razón. Nosotros, por el contrario, os llamamos “Mutiladores” (koptas) de Dios”.
Fuente: San Juan Damasceno, sobre las herejías, capítulos 100/101 sobre los ismaelitas, versión en francés.
Traducido por hipodiácono Miguel P.
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