CANON
Tono 8º
Oda I
Irmos: Huyendo de la esclavitud de Egipto, el pueblo de Israel, cruzó el mar como si fuera tierra seca y exclamó: ¡Alabemos a nuestro Salvador y Dios!.
Oh alabadísimos apóstoles, rogad a Dios por nosotros.
Oh glorioso Pedro, tú que fuiste el arquetipo de creyente entusiasta, te negaste a aceptar que Dios te lavara los pies. Saltaste desde la barca en la tormenta y cortaste la oreja del siervo del sumo sacerdote en defensa del Príncipe de la Paz. Así, el Señor, en su todopoderosa sabiduría, te condujo por tu celo para que muchos fueran atraídos a Él. Suplícale que también nosotros podamos ser instrumentos útiles de su voluntad.
Oh alabadísimos apóstoles, rogad a Dios por nosotros.
Oh glorioso y erudito Pablo, tu fervor intelectual coincidía con el celo corporal de Pedro. Fuiste primeramente un fanático de la justicia propia de la mentira, y te convertiste en un gigante justo de la Verdad. Ahora que nos acercamos a vuestra fiesta, implora a Aquel que te cegó físicamente y luego abrió tus ojos físicos y espirituales para que rechacemos nuestros intereses cegadoras y abramos nuestros ojos a la luz radiante de la recta doctrina.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Cristo te confirió la autoridad para atar y desatar los pecados de los fieles. Al contemplar tus gloriosas hazañas y el sacrificio de Cristo, oh glorioso Pedro, suplicamos para que intercedas ante El y seamos liberados de la esclavitud de nuestros pecados y poder convertirnos así en verdaderos discípulos de Cristo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh santísima Theotokos, vínculo terrenal de los apóstoles con tu Hijo. Mientras cuidaste de Juan el Teólogo, los inspiraste con tu humildad y piedad. Así, suplica con ellos a tu Hijo y nuestro Dios para que salve nuestras almas.
Oda III
Irmos: Oh Dios que levantas las bóvedas de los cielos y sostienes a tu Iglesia, afírmanos en tu amor, oh consumación de todos los deseos, constancia de los fieles y único Amante de la Humanidad.
Oh alabadísimos apóstoles, rogad a Dios por nosotros.
Bajo tu autoridad y tu equivocado celo por Dios, Estaban se convirtió en el primer mártir de Cristo. Tras tu conversión, por medio del arrepentimiento, emulaste a Cristo por medio de su ejemplo de firme predicación en medio del sufrimiento y de tu muerte. Por tus ardientes oraciones, oh Pablo, intercede para que podamos encontrar la misma firmeza de la fe.
Oh alabadísimos apóstoles, rogad a Dios por nosotros.
Ningún otro discípulo conversó tanto como tú con el Señor, oh Pedro. Mas lejos de desanimarte, te aferraste fuertemente a él obteniendo humildad y gracia, y en los años siguientes, el mero paso por tu sombra era suficiente para curar a los que tenían fe. Ruega por nosotros para que seamos dignos de alcanzar la misma sanidad.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Siendo testigos presenciales de los hechos más importantes de la historia del universo, desde Juan el Bautista hasta Cristo, vivisteis la transición del Antiguo al Nuevo Pacto. Ahora os rogamos, oh emisarios de Cristo, mientras nos preparamos para conmemorar vuestra fiesta, que nos ayudéis a realizar la transición del hombre viejo al nuevo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Theotokos, los apóstoles se reunieron desde los cuatro puntos del mundo para venerar tu santo reposo, a ti que diste a luz y criaste a Su Maestro, el Hijo de Dios que los llamó amigos. Así, ellos te veían como su roca maternal y la protectora en la labor de la difusión de la Buena Nueva de tu Hijo. Suplícale con ellos para que salve nuestras almas.
Ahora se nombran aquellos por quienes se reza esta paráclesis.
Letanía
Sacerdote: Ten piedad de nosotros, oh Señor, según tu gran misericordia te suplicamos que nos escuches y tengas piedad.
Coro: Señor ten piedad (3 veces)
- De nuevo rogamos por nuestro padre y Obispo N. y por todos nuestros hermanos en Cristo.
- También rogamos por la vida, paz, salud, salvación, visitación, perdón y remisión de los pecados de los siervos de Dios, los cristianos ortodoxos, los que viven en esta ciudad y los reunidos en este santo templo, sus feligreses y bienhechores.
- De nuevo rogamos por los siervos de Dios N. N. (Aquí se insertan los nombres de los fieles por los cuales se ruega) que elevan esta súplica.
- Porque eres un Dios misericordioso y amante de la humanidad, te rendimos gloria, oh Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
- Amén.
Catisma tono 8
Con la red de las divinas palabras pescasteis a los hombres y los llevasteis como primicias para nuestro Dios, y deseando llevar las señales de Cristo sufristeis como Él en Su pasión, oh gloriosos apóstoles. Así, nos regocijamos con humildad honrando vuestra memoria y con una sola voz os clamamos: Interceded ante Cristo nuestro Dios para que conceda la remisión de los pecados de aquellos que, con amor, veneran vuestra santa memoria.
Oda IV
Irmos: Oh Señor, he escuchado el misterio de tu dispensación, he contemplado tus obras y he glorificado tu Divinidad.
Oh alabadísimos apóstoles, rogad a Dios por nosotros.
Oh fiel Simón, por confesar a Cristo, este te hizo fundamento de la Iglesia y fuiste honrado con el nombre de Pedro. Como siervo incondicional de Cristo, ayúdanos en las tempestades de la vida, y establécenos firmemente sobre la roca de la verdadera fe.
Oh alabadísimos apóstoles, rogad a Dios por nosotros.
Oh piadoso Saulo, el más grande de todos los conversos. Tu nombre fue cambiado por el de Pablo por Cristo en tu conversión gloriosa. En tu nueva vida en Cristo, no permitiste moderar o disminuir tu fervor por Él y por su Evangelio. Ayúdanos a estar bajo el amparo del mismo fervor divino.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Fuisteis testigos de todos los encuentros de Cristo con los sacerdotes, fariseos, escribas y saduceos, y cada vez escuchabas Su refutación contra la insolencia de estos impíos, mientras les aplicaba la corrección de la Escritura. Oh gloriosos apóstoles, emisarios de la Verdad, conducidnos a la ignorancia para ver la extensión infinita de la sabiduría de Dios.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Como la que guardó los misterios revelados a ti por Gabriel, así como Simeón y Ana, la profetisa, en su corazón, nadie fue capaz de comprender la incomprensible vida que vivió en ti. Tú que, más que una simple doncella, eres la mayor teóloga y más sabia asceta, y aunque una simple mortal, fuiste situada por encima de los querubines y serafines que rodean el trono de tu Hijo. Tú eres la Theotokos purísima y te suplicamos que intercedas ante Él por nosotros.
Oda V
Irmos: Ilumínanos con tus mandamientos, oh Señor, y concédenos la paz con la fuerza de tu brazo, oh amante de la humanidad.
Oh alabadísimos apóstoles, rogad a Dios por nosotros.
Oh vigilante Pablo, cuyas enseñanzas personales son como los insectos, que muerden, acosan, distraen, y desinfectas el Cuerpo de Cristo de las falsas doctrinas. Con tu pluma disipaste la nube odiosa con la repelencia de la clara y precisa doctrina. En los años que nos quedan por vivir, ayúdanos con tus oraciones para disipar el enjambre del error.
Oh alabadísimos apóstoles, rogad a Dios por nosotros.
Oh bienaventurado Pedro, en tu celo por Cristo, el Dador de Vida, cortaste la oreja del siervo del sumo sacerdote. Cristo, misericordioso y compasivo, restauró y sanó al hombre. Después, golpeaste a tus adversarios únicamente con la espada del Espíritu, expulsando a los demonios y protegiendo a la Iglesia naciente. En los años que nos quedan por vivir, ayúdanos con tus oraciones en el combate espiritual contra los ataques demoníacos.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
En los lugares donde se negaban a aceptaros, se os mandó sacudir el polvo de vuestros pies como condena por vuestro rechazo. Pero emulando la compasión mostrada por vuestro Maestro, no sacudís el polvo de vuestros pies en la entrada de nuestros corazones, sino que os rogamos que sacudáis de nosotros nuestros sucios engaños y nos ayudéis a mantenernos firmes, caminando por el camino angosto que conduce al cielo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Los apóstoles predicaron la vida y la palabra de tu Hijo, y tú la predicaste con tu vida. Como madre soltera arriesgaste tu vida para traerlo al mundo, y Él salvó al mundo con su muerte. Pusiste humildemente tu vida al servicio de la divina voluntad, para que Dios pudiera humillarse sirviéndonos y salvándonos. Mantuviste la fe en tu Hijo, incluso cuando los apóstoles perdieron la suya. Así, al igual que tu Hijo ascendió a la diestra del Padre, también llevó el tuyo al cielo después de tu muerte para que estuvieras firme en Su mano diestra. Oh santísima Theotokos, intercede ante Él por nosotros.
Oda VI
Irmos: Ante el Señor me lamento y presento mi angustia. Porque mi espíritu está lleno de iniquidad y mi vida se acerca al Hades. Cómo Jonás te digo: ¡Sácame de la corrupción, oh Dios mío!
Oh alabadísimos apóstoles, rogad a Dios por nosotros.
Oh humilde Pedro, en un momento de miedo y angustia, cediste a la presión mortal y negaste al Inmortal. Pero contrario a la esperanza de Judas, ejemplificando el verdadero arrepentimiento te lanzaste a la misericordia de Cristo, restituyendo cada negación tuya por una profesión de fe sincera. Así, ayúdanos a estar firmes ante el desprecio de los hombres, y en nuestras debilidades recuérdanos la alegría del verdadero arrepentimiento.
Oh alabadísimos apóstoles, rogad a Dios por nosotros.
Después de haber perseguido a la Iglesia de Cristo, oh humilde Pablo, tras tu conversión viviste una vida de arrepentimiento, aceptando la espina en el costado de la alegría, como Cristo aceptó la lanza en Su costado. De Él fluía agua viva, de ti fluye el verdadero alimento de Su Evangelio.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Quedasteis perplejo ante las parábolas e historias que Cristo usaba para enseñar, sin entender que si los líderes corruptos del pueblo las hubieran entendido, no lo habrían matado a su debido tiempo y su misión habría sido un fracaso. Tras su resurrección, todo quedó esclarecido, y vuestra predicación iluminó al mundo. Ayudadnos ahora a discernir la verdad en medio de la multitud de las falsas interpretaciones y doctrinas oscuras, para que podamos ver claramente la verdad de Cristo.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Tiempo atrás conmemoramos la concepción de Cristo nuestro Dios, contemplando al Incontenible contenido en tu vientre. Después celebramos Su derrota de la muerte y la salida de la tumba que no lo podía contener. Mostrando su poder, tanto en tu vientre, como en la tumba, primero preservó tu virginidad y tu pureza, y después destruyó la impotencia del diablo y de los impíos. Oh santísima Theotokos, intercede ante Él para que nos salve.
Ahora se nombran aquellos por quienes se reza esta paráclesis.
Letanía
Sacerdote: Ten piedad de nosotros, oh Señor, según tu gran misericordia te suplicamos que nos escuches y tengas piedad.
Coro: Señor ten piedad (3 veces)
- De nuevo rogamos por nuestro padre y Obispo N. y por todos nuestros hermanos en Cristo.
- También rogamos por la vida, paz, salud, salvación, visitación, perdón y remisión de los pecados de los siervos de Dios, los cristianos ortodoxos, los que viven en esta ciudad y los reunidos en este santo templo, sus feligreses y bienhechores.
- De nuevo rogamos por los siervos de Dios N. N. (Aquí se insertan los nombres de los fieles por los cuales se ruega) que elevan esta súplica.
- Porque eres un Dios misericordioso y amante de la humanidad, te rendimos gloria, oh Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
- Amén.
Contaquio tono 3
Así como llegaban de los confines de la tierra para el funeral de la Theotokos, así también nos reunimos ahora para celebrar la memoria de los santos apóstoles Pedro y Pablo, modelos de sacrificio y testigos del Verbo hecho carne. Interceded ante Dios para que seamos dignos de emular vuestras vidas y recibir su infinita misericordia.
Anavathmi
Primera antífona de los Himnos de Ascensión del tono 4º
Desde mi juventud me sitiaban pasiones, pero Tú, oh Salvador, me proteges y salvas. (dos veces)
Que sean confundidos por el Señor todos los enemigos de Sión, que sean como hierba quemada por un fuego desolador. (dos veces)
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Toda alma vive por la gracia del Espíritu Santo, y cuando está totalmente purificada se eleva hasta que por un misterio sagrado, resplandece con la Unidad Trinitaria.
Ahora y siempre y por lo siglos de los siglos. Amén.
Por el Espíritu Santo, fluyen los arroyos de la gracia, regando toda la creación y llenándola de vida.
Prokímenon, tono 4º
Su anuncio ha salido por toda la tierra, y sus palabras hasta los confines del mundo.
Verso: Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento proclama la obra de Tus manos.
Lectura del Santo Evangelio
Sacerdote: Para que seamos dignos de escuchar el santo Evangelio, roguemos al Señor nuestro Dios.
Coro: Señor ten piedad (tres veces)
Sacerdote: Sabiduría, en pie, escuchemos el Santo Evangelio. Paz a todos.
Coro: Y con tu espíritu.
Sacerdote: Lectura del Santo Evangelio según San Mateo.
Coro: Gloria a ti Señor, gloria a ti.
(9:36-38, 10:1-8)
“Y viendo a las muchedumbres, tuvo compasión de ellas, porque estaban como ovejas que no tienen pastor, esquilmadas y abatidas. Entonces dijo a sus discípulos: ‘La mies es grande, mas los obreros son pocos. Rogad pues al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies’. Y llamando a sus doce discípulos, les dio potestad de echar a los espíritus inmundos y de sanar toda enfermedad y dolencia. He aquí los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés, su hermano; Santiago el de Zebedeo y Juan su hermano; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago, el de Alfeo, y Tadeo; Simón el cananeo y Judas el Iscariote, el mismo que lo entregó. Estos son los Doce que Jesús envió, después de haberles dado instrucciones diciendo: ‘No vayáis hacia los gentiles y no entréis en ninguna ciudad de samaritanos, sino id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Y de camino predicad diciendo: ‘El reino de los cielos se ha acercado’. Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad fuera demonios. Recibisteis gratuitamente, dad gratuitamente.”
Coro: Gloria a ti Señor, gloria a ti.
Tono 2º
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Por las intercesiones de los Apóstoles, Tú que eres misericordioso borra la multitud de nuestros pecados
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Por las intercesiones de la Theotokos, Tú que eres misericordioso borra la multitud de nuestros pecados.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa.
Estíquera tono 6º
La gloriosa fiesta de los alabadísimos apóstoles se ha acercado para nuestra salvación, por lo cual les clamamos: Alegraos, oh luminarias, rayos del Sol espiritual, que alumbra nuestra oscuridad; alegraos, oh apóstoles, fundamentos inamovibles de las doctrinas divinas, oh amigos de Cristo, e instrumentos honorables de Su voluntad. Venid invisiblemente ante nosotros y otorgadnos los dones espirituales para los que clamamos himnos en vuestra bienaventurada memoria.
Oda VII
Irmos: Cuando los tres jóvenes fueron arrojados al horno en Babilonia, por su fe en la Trinidad, pisotearon las llamas mientras cantaban: ¡Bendito eres Señor, Dios de nuestros padres!
Oh alabadísimos apóstoles, rogad a Dios por nosotros.
Oh piadoso Pablo, que buscaste el corazón de la humanidad y limpiaste nuestra naturaleza enferma. Así como el Bautista llamó al pueblo para que cambiara su camino en preparación para el camino del Señor, en nuestros corazones y nuestras mentes, y así como al Bautista, su celo le costó su cabeza, para ti fue una pequeña pérdida, en defensa de la cabeza del cuerpo cristiano, que es Cristo.
Oh alabadísimos apóstoles, rogad a Dios por nosotros.
Nada pudo disuadirte del amor por Cristo, oh fiel Pedro, ni el desprecio ni la persecución de tus compatriotas, ni el poder de los romanos. Permaneciste en la enseñanza, la sanidad, soportando palizas, encarcelamiento y muerte. Durante el tiempo que nos quede por vivir, ayúdanos con tus oraciones para resistir el desprecio y la presión del mundo y aferrarnos fuertemente, así, a Cristo nuestro Dios.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Meros pescadores y recaudadores de impuestos, por el Espíritu Santo vuestra sabiduría venció a Aristóteles, Sócrates, Ptolomeo y todos los filósofos paganos. Su sabiduría estaba arraigada en la humanidad caída, mientras que la vuestra fluyó por su perfecta divinidad. Oh gloriosos destructores de la mitología, liberadnos de la ignorancia de la sabiduría mundana.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Tú eres la encarnación del Santo, oh Purísima: un confesor y mártir te ofreció su cuerpo en servicio a Dios; un asceta vivió por ti en castidad, pureza y humildad, y los apóstoles fueron ordenados para llevar a Dios al mundo. Oh santísima Theotokos, intercede ante Él para que salve nuestras almas.
Oda VIII
Irmos: Glorificad al Rey de los Cielos, a quien los ejércitos celestiales alaban y exaltadlo por los siglos de los siglos.
Oh alabadísimos apóstoles, rogad a Dios por nosotros.
Oh bienaventurado Pedro, contemplaste la revelación de Cristo en la Luz increada de su naturaleza divina y el sudor de su sangre en su agonía en el huerto. Acuérdate de nosotros al celebrar tu memoria, pues agonizamos espiritualmente, y ayúdanos para que podamos contemplar eternamente la Luz que viste en el Tabor.
Oh alabadísimos apóstoles, rogad a Dios por nosotros.
Oh venerado Pablo, que contemplaste al Señor Resucitado, que brilló con la Luz increada en el camino a Damasco. La divina luz no solo cegó tus ojos físicos, sino que purificó tus ojos espirituales como el metal en un horno, para poder ver lo que Cristo revela. Acuérdate de nosotros al celebrar tu memoria, y por tus oraciones atiende nuestra ceguera espiritual, para que podamos contemplar la gloria que viste en el camino.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Cristo proclamó que seríais pescadores de hombres, por lo que os rogamos que echéis las redes de la verdadera doctrina y nos saquéis de las aguas turbias y contaminadas de este mundo que niega a Dios, y nos conduzcáis a los arroyos puros y cristalinos del paraíso.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Los profetas te predijeron, los apóstoles fueron cuidados y tomaron fuerza en ti, y todos los santos de la Iglesia te han alabado y venerado, oh santísima Theotokos, unión del cielo y la tierra, cumbre de las virtudes. Intercede ante Cristo para que tenga piedad de nosotros.
Oda IX
Irmos: Tú eres la montaña santa por la que Dios ha subido, tú eres la Roca del desierto no cortada por donde mana el manantial de la vida eterna, Cristo nuestro Dios, que tomó nuestra naturaleza para salvarnos. Por eso, oh bienaventurada Theotokos, te magnificamos.
Oh alabadísimos apóstoles, rogad a Dios por nosotros.
Oh líderes sagrados de los Doce, que fuisteis los puntos iniciales de las misiones apostólicas, Pedro, entre los judíos, y Pablo, entre los gentiles. Al igual que las tapas de un libro, vosotros cubristeis al mundo con el Evangelio de la salvación, por lo que ahora nos preparamos para celebrar vuestra memoria, oh gloriosos en la fe y el amor.
Oh alabadísimos apóstoles, rogad a Dios por nosotros.
Oh príncipes de los apóstoles, y arquetipos de los misioneros, que cruzasteis el mundo conocido plantando la semilla de la fe, estableciendo grandes asambleas de la Iglesia, primero en Antioquia y luego en Roma, ordenando a sus primeros obispos. Por eso, sois honrados en los iconos, en iglesias y en vuestra jubilosa memoria, y con el ayuno precedente nos preparáis para emprender nuestra llamada evangélica de humildad y piedad.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
El antiguo Israel se fundó sobre doce patriarcas de los que surgieron las doce tribus, las cuales revelaron a Dios en la tierra de Canaan. El nuevo Israel se establece en doce apóstoles por los cuales todas las tribus del mundo han sido conducidas a Dios y ha sido revelado el Evangelio a los gentiles. Ahora se sientan al lado de los patriarcas, siendo veinticuatro ancianos que muestras el camino a los fieles, mientras alaban a Dios sin cesar.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oh Virgen Purísima, por quien el Padre envió a Su Hijo. Te suplicamos que, junto a los santos apóstoles, implores su gran y abundante misericordia para los que te honran.
En verdad es digno y justo, a ti alabarte Theotokos, siempre santa e inmaculada, Madre de Nuestro Señor. Más venerable que los querubines, e incomparablemente más gloriosa que los serafines, que sin mancha engendraste al Verbo Dios. A Ti verdadera Theotokos, te ensalzamos.
Megalimnario, tono 8º
Oh fundamento de los divinos apóstoles de Cristo, después de haberlo abandonado todo siguiendo tras Él, le gritaste: moriré contigo, para que yo también pueda vivir la vida bienaventurada. Ahora, oh Pedro, como maestro del mundo, predicador firme, roca de la fe, orgullo y gloria y torre inquebrantable de la Iglesia, contra quien las puertas del Hades no prevalecerán, así como Cristo nuestro Dios te lo dijo, ruega fervientemente ante el para que nos ilumine y salve nuestras almas.
Tú que desde el vientre de tu madre fuiste elegido, después de haber huído de las posesiones terrenales y dado alas a tus pasiones, volaste a la altura divina del amor ferviente a Dios, encontrando el brillo indescriptible de la luz divina e increada y entrando en Él, oh Pablo, y fuiste instruido en los misterios divinos, siendo enviado a los que estaban en las tinieblas. Así les mostraste a Cristo nuestro Dios. Suplícale para que tenga piedad de nosotros y nos salve.
Oh santos Pedro y Pablo, maestros de la palabra, Andrés, Santiago y Juan, Bartolomé, Felipe, Tomás, llamado el Mellizo, Judas y Simón, y tú oh gran Santiago, con Mateo: oh venerables apóstoles, que predicasteis a la Santísima Trinidad en el mundo entero, pilares inquebrantables de la Iglesia, interceded ante él para que podamos ser salvados.
Así como pasasteis por toda la creación llenándola de luz, oh justos apóstoles del Salvador, con vuestras enseñanzas arrasasteis el error de los ídolos, y protegisteis al pueblo, pescándolo con vuestras redes y sondeando las profundidades de la ignorancia hasta exponer el conocimiento divino. Interceded ahora ante Cristo para que tenga misericordia de nosotros en el temible día del Juicio.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Tú que eres la Luz que existe antes de todos los tiempos, cuando te dignaste venir a nosotros, con condición humildes, por tu amor inefable por los hombres, te hiciste hombre en tu gran bondad, oh Salvador del mundo, y tus apóstoles y discípulos fueron revelados por Ti como resplandor y relámpago imponente que ilumina ante ti, y los enviaste para que iluminaran toda la creación con tu divina luz, oh Señor. Sin cesar te suplicamos para que ilumines y salves nuestras almas.
Ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Los apóstoles te reverenciaban como la más grande entre los simples mortales, y la escalera de Jacob fue anunciada por ti, porque a través tuyo Cristo vino al mundo. Mientras se proclamaba el Reino de Tu Hijo al mundo, Juan el teólogo te servía y te cuidaba; Lucas fue el primero en representarte en un icono, como la Madre con el Dios encarnado. Así, con el resto, te veneran como la Reina de toda la creación, pues tienes poder para interceder ante el Rey al que suplicaste, como lo hiciste en las bodas de Canaan.
Lector: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros. (tres veces)
Gloria al Padre … Ahora y siempre …
Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, purifícanos de nuestros pecados. Soberano, perdona nuestras transgresiones. Santo, visítanos y cura nuestras dolencias por tu nombre.
Señor, ten piedad. (tres veces)
Gloria al Padre … Ahora y siempre …
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre. Venga a nosotros tu Majestad, hágase tu Voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan sobreesencial dánosle hoy; perdona nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos introduzcas en la tentación, mas líbranos del maligno.
Sacerdote: Porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Troparios
En su Ascensión, el Señor te ordenó permanecer durante muchos días en Jerusalén, como preparación para la venida del Espíritu Santo y el comienzo de vuestra misión del mundo. Y más tarde ordenó que Pablo soportara días de ceguera purificadora antes de comenzar su santo ministerio. Así, mientras observamos los días de la preparación para vuestra fiesta, imitando vuestro glorioso ejemplo, pedimos poder conducir a Cristo al mundo entero, oh gloriosos y alabadísimos apóstoles de Cristo nuestro Dios.
Letanía
Sacerdote: Ten piedad de nosotros, oh Señor, según tu gran misericordia, te suplicamos que nos escuches y tengas piedad.
Coro: Señor, ten piedad (tres veces)
- También rogamos por todos los fieles cristianos ortodoxos.
- De nuevo rogamos por nuestro padre y Obispo N. y por toda nuestra hermandad en Cristo.
- Roguemos también para que obtengamos misericordia, vida, paz, salud, protección, perdón y remisión de los pecados de los siervos de Dios N. N., por los miembros de nuestra parroquia, y por los benefactores de este santo lugar.
- Roguemos también por los que hacen el bien en esta santa y venerable iglesia, por todos los que trabajan y cantan y por todo el pueblo aquí presente que espera de ti una grande y abundante misericordia.
- De nuevo pidamos para que libre a esta santa iglesia, a esta ciudad, a todas las ciudades y campos del hambre, la ira, las plagas y terremotos, de las inundaciones, de los incendios, de la espada, de las invasiones extranjeras, de la guerra civil y de la muerte súbita; que nuestro Dios, amante de la humanidad, sea misericordioso y se nos muestre favorable y nos libre de toda violencia y enfermedad y del justo castigo que merecen nuestros pecados y tenga misericordia de nosotros.
- Señor, ten piedad. (cuarenta veces)
- Roguemos también para que el Señor, y aunque somos pecadores, escuche nuestra súplica y tenga piedad de nosotros.
- Señor, ten piedad. (tres veces)
Sacerdote: Escúchanos, oh Dios Salvador nuestro, Esperanza de los que se encuentras en los confines de la tierra y de los que navegan por el mar; sé misericordioso, oh Señor, sé misericordioso, perdona nuestros pecados y ten piedad de nosotros. Porque eres un Dios compasivo y amante de la humanidad y a ti te damos gloria, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
A la Theotokos
Señora, oh Señora nuestra, recibe las oraciones de tus siervos y líbranos de todas las adversidades.
Toda nuestra esperanza esta depositada en ti, oh Theotokos, protégenos con tu sagrado velo.
Lector: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. Señor ten piedad. (tres veces). Bendice, padre.
El sacerdote, en las puertas reales y cara al pueblo dice la despedida:
Despedida
Que Cristo nuestro Dios, por intercesión de su purísima e inmaculada Madre, de los santos, célebres e ilustres Apóstoles, de San Pedro y San Pablo, apóstoles del Señor, de los santos Mártires, gloriosos y triunfadores, de los santos ancestros de Dios, San Joaquín y Santa Ana, de (N. santos del día) cuya memoria hoy celebramos; de (N., patrón de la iglesia) y de todos los santos, tenga piedad de nosotros y nos salve, pues es bueno y amante de la humanidad.
Entonces, el sacerdote vuelto hacia el icono de Cristo que está en el iconostasio dice:
Sacerdote: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, Señor Jesucristo, Dios nuestro, ten piedad de nosotros y sálvanos.
Lector: Amén.
traducido por psaltir Nektario B.
para cristoesortodoxo.com
Categorías:Paráclesis y cánones
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