Akacisto a la Santa y Gran Mártir Anastasía de Roma
cuya fiesta se celebra el 22 de Diciembre/4 de Enero
Kondakio I
Elegida por Cristo, Oh Toda-Bendita y Gran mártir Anastasia, presenta nuestros cánticos de alabanza con gran audacia ante el Señor, para que nos libre de todos nuestros males, penas y enfermedades, y para que con gran amor podamos clamar:
Alégrate, Toda-Bendita y Gran mártir Anastasia, santa visitación de los prisioneros que ruegas por nuestras almas.
Ikos I
Te asemejaste a los ángeles con tu pensamiento purísimo, y con ello conociste a Aquel que está por encima de todo lo visible y lo invisible, que es el eterno comienzo y el único final deseado por todos los fieles. Y nosotros, alabando la enseñanza que adquiriste del santo mártir Crisógono, te clamamos con amor:
Alégrate, amante de la fe de Cristo.
Alégrate, imitadora de la piedad de tu madre Fausta.
Alégrate, tú que guardaste la pureza de tu virginidad.
Alégrate, tú que fuiste siempre invisiblemente custodiada por los ángeles.
Alégrate, tú que con tu pureza te acercaste a Dios.
Alégrate, Toda-Bendita y Gran mártir Anastasia, santa visitación de los prisioneros que ruegas por nuestras almas.
Kondakio II
Al ver, Oh Santa Anastasia, que muchos cristianos sufrían en la cárcel por el Nombre y las enseñanzas de Jesús Cristo, comenzaste a servirles con gran celo, a confortarles y a curarles con la ayuda de Dios, por lo que con reverencia te cantamos: ¡Aleluya!
Ikos II
Comprendiendo, Oh divinamente sabia Anastasia, que toda la belleza del mundo comparte la corrupción; resolviste despreciar los brillantes vestidos y toda posesión lujosa, y en secreto te revestías con la ropa de los pobres y entrabas en las prisiones sirviendo como confesora de Cristo. Así, poniendo nuestra confianza en ti te clamamos con amor:
Alégrate, imitación de Cristo.
Alégrate, visitadora de los prisioneros que estaban en las mazmorras.
Alégrate, consuelo de los confesores de Cristo.
Alégrate, pues distribuiste todo tu oro y plata.
Alégrate, pues obtuviste la Realeza de los Cielos.
Alégrate, pues santamente lavaste sus manos y sus pies y los enjugaste con tus cabellos.
Alégrate, imitadora de Cristo.
Alégrate, pues sanaste todas sus dolencias.
Alégrate, pues diste un enterramiento digno a sus cuerpos.
Alégrate, Toda-Bendita y Gran mártir Anastasia, santa visitación de los prisioneros que ruegas por nuestras almas.
Kondakio III
Fortalecida por el poder de lo Alto, Oh Santa mártir, serviste piadosamente a los santos y avergonzaste al enemigo, el diablo, que al ver todas tus virtudes, persuadió a una esclava para que te denunciase ante tu infiel marido, y nosotros, alabando tu caridad, Oh Anastasia, cantamos contigo: ¡Aleluya!
Ikos III
Al tener un gran amor del Señor por todos los que sufren en cárceles por el nombre de Cristo, fuiste maltratada numerosas veces por tu infiel esposo, y tras eso, tu impío marido pagó tus buenas acciones encerrándote en tu casa. Y nosotros, maravillados por tu coraje te clamamos:
Alégrate, tú que guardaste fielmente los mandamientos de Cristo.
Alégrate, pues no sólo los cumpliste de palabra, sino con hechos.
Alégrate, tú que tuviste tu alma siempre preparada para el prójimo.
Alégrate, tú que tuviste que soportar mucha amargura por amor a Cristo.
Alégrate, tú que fuiste semejante al duro diamante por tu infinita paciencia.
Alégrate, Toda-Bendita y Gran mártir Anastasia, santa visitación de los prisioneros que ruegas por nuestras almas.
Kondakio IV
Una tormenta de rabia cayó sobre ti, dulce doncella, por parte de tu torturador e impío marido que te encerró en prisión como una esclava, Oh Santa Anastasia; y nosotros también, recordando las amarguras por las que pasaste por él y tus grandes esfuerzos, cantamos al Dios que te fortaleció: ¡Aleluya!
Ikos IV
Escuchando, Oh Bendita Anastasia, que tu maestro Crisógono sufrió mucho por Cristo, le seguiste en sus sufrimientos mientras en lo secreto exclamaste: “Maestro, me espera la muerte pues ya nada más me queda, que exhalar el espíritu, y caer muerta”. Y nosotros, admirando tu paciencia, cantamos así:
Alégrate, pues no ofrecieron misericordia a tu digno cuerpo.
Alégrate, pues deseaste repartir tus tesoros entre los necesitados en nombre de Dios.
Alégrate, pues sabiamente repartiste tus bienes.
Alégrate, pues cargaste con los cuidados de los que sufrían en la esclavitud.
Alégrate, celosa de tu servicio.
Alégrate, pues no te despreocupaste de los que estaban en prisión.
Alégrate, tu que entraste sin impedimentos en el Reino Celestial.
Alégrate, Toda-Bendita y Gran mártir Anastasia, santa visitación de los prisioneros que ruegas por nuestras almas.
Kondakio V
Apareciste en Roma siendo una estrella resplandeciente, oh Santa Anastasia, visitando a los que padecían en las cárceles por el nombre de Cristo, y fortaleciendo la fe en sus corazones. Así, junto a ellos, clamabas a Dios, el Salvador de todos: ¡Aleluya!
Ikos V
Tu maestro Crisógono, divinamente inspirado por el Señor, viéndote preocupada y confusa por el mundo, te exclamó, al igual que el profeta: Sé que estás triste, alma mía, y sé que estás confusa, pero cree en la misericordia de Dios. Por eso, recordando tu tristeza y tu desconsuelo, fortalecida por Dios, te clamamos:
Alégrate, tú que pusiste toda tu confianza en el Señor.
Alégrate, tú que soportaste la opresión para obtener la Realeza de los Cielos.
Alégrate, pues te fue concedida una pureza igual a los ángeles del cielo.
Alégrate, tú que te encuentras ante Dios por haber soportado las penas.
Alégrate, pues te fue dada la capacidad de admirar al Señor Todopoderoso.
Alégrate, pues por tus oraciones nos libras de los padecimientos.
Alégrate, pues tu intercesión nos libra de las tentaciones.
Alégrate, Toda-Bendita y Gran mártir Anastasia, santa visitación de los prisioneros que ruegas por nuestras almas.
Kondakio VI
Todo el mundo cristiano predica tus honrosas hazañas, oh Gran Mártir Anastasia, y glorifica tus sufrimientos, tu martirio y tu bendita muerte, cantando a Dios: ¡Aleluya!
Ikos VI
Mostraste un brillo más radiante que el Sol en la ciudad de Roma, Brillaste más que el sol por tus buenas obras en la ciudad de Roma, cuando se cumplió la predicción de tu santo maestro Crisógono sobre la muerte de tú impío marido. Entonces te sumiste más aún en servir a los mártires en Cristo. Y nosotros, viendo todas tus obras realizadas con amor, te cantamos:
Alégrate, celosa servidora de los que padecen.
Alégrate, tú que consolaste con divinas palabras a los siervos de Cristo.
Alégrate, tú que te preocupaste en cuidar y dirigir a las vírgenes Ágape, Cionía e Irene.
Alégrate, tú que fortaleciste a aquellos que se enfrentaban al martirio.
Alégrate, tú que honraste sus padecidos cuerpos llevándolos a dignos lugares.
Alégrate, tú que aliviaste el dolor de los que padecían
Alégrate, pues tu corazón llegó a ser morada del Espíritu Santo.
Alégrate, tú que fuiste colmada con el ardiente amor por Dios.
Alégrate, tú que encontraste la protección celestial entre Sus alas.
Alégrate, tú que, teniendo gran valor, venciste al enemigo de la salvación hasta el último momento.
Alégrate, Toda-Bendita y Gran mártir Anastasia, santa visitación de los prisioneros que ruegas por nuestras almas.
Kondakio VII
Tu santo maestro Crisógono cumplió su voluntad de morir por Cristo; cuando tú hallaste las reliquias honorables de tu maestro, oh Santa Mártir, lo veneraste con amor, y llorando, exclamaste desde lo profundo de tu alma a Dios: ¡Aleluya!
Ikos VII
El Señor te concedió Su gracia y Su fuerza renovada, cuando comenzaste la dificil hazaña de ir de ciudad en ciudad, visitando a los encarcelados. Y nosotros siguiendo tus andanzas con alegría te clamamos:
Alégrate, seguidora de los pasos de Cristo.
Alégrate, santa servidora para muchos.
Alégrate, consuelo en las duras pruebas.
Alégrate, esperanza en la desesperación.
Alégrate, tú que con oro compraste la auténtica libertad de los justos que padecían en las cárceles.
Alégrate, tú que con divinas palabras libraste a los que se encontraban atemorizados
Alégrate, tú que nos libras por tus oraciones de los lazos del pecado.
Alégrate, tú que eres llamada “la dispensadora de pociones”
Alégrate, Toda-Bendita y Gran mártir Anastasia, santa visitación de los prisioneros que ruegas por nuestras almas.
Kondakio VIII
En tus continuos peregrinajes te encontraste en numerosas ocasiones con la Santa mártir Teodota que te ayudó mucho en las debilidades: concediste a los enfermos la salud, a los fallecidos les diste un entierro y a los vivos les fortaleciste por tus hazañas. Y nosotros indignos siervos, Oh Santa Anastasia, ofrecemos oraciones que sean agradables a Dios, diciendo: ¡Aleluya!
Ikos VIII
Todas las cárceles se llenaron con tus lágrimas y sollozos, cuando llegaste allí como de costumbre y no encontraste a nadie de los que estaban encarcelados por causa del nombre de Cristo, pues una noche, todos ellos fueron conducidos a la muerte por la voluntad del injusto rey. Recordando tu gran pesar por los siervos del Señor, te clamamos:
Alégrate, pues con gran celo buscaste en la prisión a los condenados por Cristo.
Alégrate, pues todos ganaron el acceso al cielo.
Alégrate, pues con amor cargaste sobre tus hombros la cruz que te puso el Señor.
Alégrate, tú que estuviste siempre bajo la omnisciente mirada del Señor Todopoderoso.
Alégrate, pues por tu amor al prójimo y confianza en Dios, recibiste audacia para continuar.
Alégrate, pues por ti quedaron muchos sanados.
Alégrate, pues por Voluntad de Dios, resucitaste a los muertos.
Alégrate, purísima novia de Cristo
Alégrate, ilustrísima gran mártir.
Alégrate, Toda-Bendita y Gran mártir Anastasia, santa visitación de los prisioneros que ruegas por nuestras almas.
Kondakio IX
El consejo de impíos torturadores se confabuló contra ti, oh mártir invicta, para que adoraras y sirvieras a los ídolos; pero tú, sin temor, declaraste: Soy sierva de Cristo y lo alabo noche y día clamando: ¡Aleluya!
Ikos IX
El sumo sacerdote de los idólatras habló contigo y quiso persuadirte para atrapar con adulación tu noble alma, pero tú descubriste las astucia del enemigo, y lo avergonzaste, cambiando la maldad en bondad, mirando sin miedo a los instrumentos horribles de la tortura y al martirio. Por eso nosotros, admirados por tu coraje, te clamamos con voces llenas de emoción:
Alégrate, tú que rechazaste la belleza vana de este mundo.
Alégrate, tú que aceptaste soportar diversos sufrimientos por Cristo.
Alégrate, tú que con amor te dirigiste por propia voluntad a la muerte.
Alégrate, tú que sorprendiste a tus torturadores con tu paciencia.
Alégrate, tú que adornaste con tus sufrimientos la Iglesia de Cristo.
Alégrate, tú que elegiste la vida eterna en Cristo.
Alégrate, tú que confundiste al sacerdote idólatra.
Alégrate, tú que aplastaste bajo tus pies a los demonios.
Alégrate, Toda-Bendita y Gran mártir Anastasia, santa visitación de los prisioneros que ruegas por nuestras almas.
Kondakio X
Tú ruegas por la salvación de todas aquellas personas que se ponen bajo tus oraciones, Oh Santa Mártir, y pides que les sean redimidos sus pecados honrando tus sufrimientos, por lo que te clamamos: ¡Aleluya!
Ikos X
Amaste con todo tu corazón al Rey Celestial, Oh santa Anastasia, y aceptaste ser arrojada a una prisión por amor al Dulcísimo Jesús, pasando hambre y sed, privada de alimento y fortaleciéndote en oración, por lo cual te hiciste conocida, a través de tu sincero sufrimiento te dirigimos esta alabanza:
Alégrate, seguidora de las pasiones de Cristo.
Alégrate, tú que fuiste adornada con victoriosa gloria.
Alégrate, tú que llegaste hasta el Palacio Celestial.
Alégrate, pues allí permaneces con los Mártires.
Alégrate, tú que presentas nuestras oraciones ante el Trono de Dios.
Alégrate, tú que haces resolver prontamente los vínculos con el pecado.
Alégrate, tú que expulsas los demonios.
Alégrate, tú que diriges al inicuo al camino de la Verdad.
Alégrate, Toda-Bendita y Gran mártir Anastasia, santa visitación de los prisioneros que ruegas por nuestras almas.
Kondakio XI
Te ofrecemos un canto lleno de ternura, glorificamos tus sufrimientos por Cristo y te rogamos, Oh Santa Mártir, que ruegues al Dios de misericordia que conceda a todos la salud, una larga vida y el vencimiento y la posterior victoria sobre el enemigo. Y a nosotros que alabamos tu martirio, que nos conceda paz y salvación, para que podamos cantar a Dios para siempre: ¡Aleluya!
Ikos XI
Con rostro brillante y alegre fuiste a tus padecimientos preparados por tus torturadores, y nosotros recordando esto, con alegría te aclamamos:
Alégrate, tú que fuiste sometida al hambre en Iliria.
Alégrate, tú que pusiste toda tus esperanza en Cristo.
Alégrate, tú que fuiste salvada de morir ahogada en el mar con la ayuda de Dios.
Alégrate, tú que fuiste extendida entre cuatro postes por tus torturadores.
Alégrate, pues de esta forma fuiste semejante al Hijo de Dios, extendido en la Cruz.
Alégrate, tú que fuiste quemada con el fuego hasta la muerte.
Alégrate, libertadora de los encarcelados, que resolucionas los problemas de los que se encuentran en prisión.
Alégrate, Toda-Bendita y Gran mártir Anastasia, santa visitación de los prisioneros que ruegas por nuestras almas
Kondakio XII
Haz descender tu gracia sobre nosotros, que fluye con amor desde tu icono; ruega al Señor que perdone nuestros pecados y cura a los enfermos que sufren, para que todos podamos clamar con gratitud al Dios que hace maravillas en sus Santos: ¡Aleluya!
Ikos XII
Cantando las hazañas de tu martirio voluntario por Cristo, honramos tus sufrimientos, Oh Santa y digna Gran Mártir, y veneramos tu santa muerte, y ahora que te encuentras en el Cielo, te rogamos que nos ayudes pues vivimos en medio de las pasiones y en medio de oscuras tentaciones, por lo que manifiestamente te clamamos:
Alégrate, santa y gran mártir.
Alégrate, pues diste tu cuerpo como sacrificio agradable a Dios a través de diversos tormentos.
Alégrate, paloma que volaste a la Jerusalén celeste.
Alégrate, novia de Cristo, pura y sin mancha.
Alégrate, incensario que porta el incienso espiritual que lleva las oraciones hasta Dios.
Alégrate, tesoro de abundantes curaciones.
Alégrate, Potírio[i] que contiene los dones de Dios en abundancia.
Alégrate, rápida cumplidora de todos nuestros buenos deseos.
Alégrate, imagen brillante en la vida de todos los que esperan alcanzar la salvación.
Alégrate, Toda-Bendita y Gran mártir Anastasia, santa visitación de los prisioneros que ruegas por nuestras almas.
Kondakio XIII
Oh gran sufridora y maravillosa Santa y Gran Mártir Anastasía, acepta esta pequeña plegaria que tu indigno siervo te trae con amor y ruega a Cristo Dios que nos libere de la esclavitud del pecado; que por tus oraciones seamos librados de la ira de Dios y de la condena eterna y podamos ser dignos de la Realeza de los Cielos y junto contigo podamos cantar por todos los siglos a Dios: ¡Aleluya!
(Este kondakio se recita tres veces)
(Se repite ahora el ikos I y el Kondakio I)
Oración a la Santa y Gran Mártir Anastasia
Oh gran sufridora y divinamente sabia Gran Mártir en Cristo Anastasia, cuya psique se encuentra en el Cielo ante el Trono del Señor, mientras en la tierra te fue dado por tu bondad el don de la curación. Desciende tu mirada con misericordia hacia todos aquellos que se encuentran rezando ante tu santo icono, pidiéndote ayuda. Presenta nuestras oraciones a Dios rogando por nosotros y suplica por todos nosotros el perdón de nuestros pecados, ayuda en todas nuestras obras que sean justas, fortaleza espiritual en el servicio a los demás, mansedumbre, humildad, obediencia, curación para los enfermos, ayuda rápida y defensa para los que padecen en cárceles. Súplica al Señor que nos conceda una muerte cristiana y una generosa respuesta en Su Temible Juicio y que podamos junto contigo glorificar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Amén.
[i] Potirio del griego Ποτήριο ; Potir o Cáliz
Traducido y adaptado para gloria de Dios
y de Su Santa y Gran Mártir Anastasia
por hipodiacono Miguel P.
y Maria Andreevna D.
en Enero de 2015 (c).
Gloria a Dios por Todo
Categorías:Akathistos
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