Una respuesta a una cuestión sobre la abstinencia sexual durante los períodos de ayuno.
Nota del webmaster: Esta carta es una respuesta a un clérigo que escribió al arzobispo Crisóstomos para solicitar sus oponiones sobre aquellos ortodoxos que descartan esta tradición o que solicitan una prueba de la Santa Tradición de que esta práctica es requerida a los fieles.
Querido Padre ….:
Evlogite.
… La Escritura establece así la práctica del ayuno de la carne (en el Antiguo y Nuevo Testamento). Lo mismo ocurre con los textos antiguos de la Iglesia. Si esta gente que pregunta sobre la abstinencia leyera la vida de los Santos y de los Padres, entendería que, provándonos para adherirse a la Fe, demostrarían su falta absoluta de compresión sobre lo que entienden o lo que proclaman creer. ¿Cómo puede alguien tener la osadía de desafiar las costumbres de la Iglesia sin leer cualquier discurso básico, como los de San Juan Crisóstomo, que, en su obra “Sobre la Virginidad”, claramente prueba que los matrimonios deberían abstenerse de relaciones maritales durante el ayuno? En el pasado, un simple e inculto sacerdote de pueblo habría estado tan familiarizado con este consejo de uno de los grandes grandes jerarcas de la Iglesia como lo habría estado con las exposiciones de San Pablo sobre el tema en su primera carta a la Iglesia de Corinto o con las mismas palabras del profeta Joel. Y cualquiera habría estado bien dispuesto a sostener que el testimonio de San Juan Crisóstomo no es de ninguna manera antiguo.
Puesto que también han rechazado nuestro argumento sobre la naturaleza inspirada y sagrada de los santos cánones, muchos pensadores modernos también ignoran el testimonio canónico de la Ortodoxia (cuando no la usan como una vía legal para justificar su desviación de la Santa Tradición). Por lo tanto, si bien puede ser de poca utilidad confrontar a los que luchan con la Ortodoxia en nombre de la Fe, deberías tener en cuenta las exposiciones canónicas sobre la antigua práctica del ayuno de la carne: el comentario y las notas del 69º canon apostólico, que contiene informaciones muy esclarecedoras sobre el ayuno en general; el 13º canon de San Timoteo, que, dirigiéndose al ayuno de la carne de los sábados y domingos, se remonta al siglo IV; con relación al clero en particular, el comentario y las notas del 13º canon del sexto concilio ecuménico; y cualquiera de los principales comentarios canónicos (cómo los de Balsamón), que cualquier osado que se atreve a criticar a la Iglesia, debería, al menos, haber leído a fondo y con atención.
Podría decir y mostrar, desde el punto de vista de la práctica de la Iglesia, lo absurda que es, verdaderamente, la disputa sobre este tema, pues es lógico pensar que la prohibición de realizar bodas los miércoles y viernes y durante los ayunos no está relacionada con el tema de la abstinencia de la carne para las parejas casadas. Este punto es tan evidente como embarazoso. En cuanto a aquellos que no pueden practicar la abstinencia durante períodos cortos, esto es a menudo un síntoma de inadaptación sexual. Por lo tanto, también se debe tener en cuenta todo este asunto desde el punto de vista de las consideraciones pastorales. Muchos pensadores modernos, tratando de eliminar las dimensiones ascéticas de la fe, ignoran convenientemente el hecho de que nosotros, los que estamos unidos a la tradición, no somos legalistas, sino que nuestro tradicionalismo se deriva de la aplicación pastoral de las enseñanzas y regulaciones de la Iglesia. Este punto se pierde en aquellos que desean, no solo no entender, sino abolir lo que ha llegado hasta nosotros.
Ora por mi y permanence en hermandad y afección paternal.
El menor de entre los monjes,
Arzobispo Crisóstomo
Traducido por: P.A
recurso: http://www.orthodoxingo.com
Categorías:familia ortodoxa
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