Por David Wood
A lo largo de los siglos en todo el mundo, miles de personas han clamado ser profetas. El problema es que sus mensajes, supuestamente revelados por Dios, a menudo se contradicen entre sí. Por lo tanto, a menos de que estemos dispuestos a conceder que Dios tiene un trastorno de personalidad múltiple, no podemos aceptar lo que alguien dice sólo porque éste asevera ser un profeta. Tenemos que examinar a estas personas para ver si podemos confiar en sus revelaciones.
Cuando nos enfrentamos con alguien que dice hablar en nombre de Dios, existen tres posibilidades a considerar. En primer lugar, la persona puede estar recibiendo revelaciones de su propia mente. Esto no significa que necesariamente esté inventando cosas intencionalmente. Él puede creer sinceramente que es un profeta, y, sin embargo, sus enseñanzas pueden tener un origen puramente humano. En segundo lugar, la persona puede estar recibiendo revelaciones de fuentes demoníacas. Si los demonios existen y pueden influir en la gente, una persona que afirma ser un profeta podría ser engañada por demonios. En tercer lugar, la revelación podría venir de Dios, en cuyo caso, todos deberían someterse a ella.
En este artículo, vamos a analizar los hechos para ver si podemos determinar el origen de las revelaciones de Mahoma. ¿Proceden de su propia mente? ¿Proceden de demonios? ¿Será que vienen de Dios? Vamos a examinar la evidencia.
I. TODO MUY HUMANO
En muchos aspectos, pareciera que el Islam es una religión que vino de la mente de un comerciante de la Arabia Saudita del siglo séptimo. Aquí notamos diversas enseñanzas y prácticas que estuvieron presentes durante el tiempo de Mahoma y que se convirtieron en parte de la confección del Islam. El monoteísmo judío se había extendido en muchas comunidades saudí árabes, así como historias bíblicas y no bíblicas sobre Adán, Noé, Abraham, Moisés y David. También algunas enseñanzas peculiares acerca de Jesús y María, que algunos cultos cuasi cristianos creían (por ejemplo, Jesús habló en el momento de su nacimiento, Jesús dio vida a aves formadas de arcilla, María dio a luz bajo una palmera, etcétera), dichas historias fueron firmemente arraigadas en Arabia Saudita. Los sabeos, que se mencionan en el Corán, oraban las mismas cinco veces diarias que los musulmanes. Muchos politeístas saudí árabes realizaban abluciones (lavados ceremoniales), oraban de frente a la Meca, tenían una peregrinación anual a la Meca, trotaban alrededor de la Kaaba y besaban una piedra negra que supuestamente cayó del cielo. Todas estas enseñanzas y prácticas se convirtieron en una parte del Islam, lo que significa que el Islam es exactamente el tipo de religión que uno esperaría surgiese en la Meca del siglo VII. Por lo tanto, desde el principio, tenemos buenas razones para pensar que el Islam tuvo sólo un origen humano, la mente de un hombre profundamente afectado por las enseñanzas y prácticas que lo rodeaban.
Tenemos más razones para creer que el verdadero origen del Islam está en la mente de Mahoma. Tomemos, por ejemplo, las revelaciones egoístas de Mahoma. Según el Corán (4:3), los musulmanes pueden casarse hasta con cuatro mujeres. Sin embargo, sabemos que Mahoma tuvo más de cuatro esposas. El historiador musulmán Al-Tabari dice que Mahoma contrajo matrimonio con trece mujeres.[i] También sabemos por las referencias que figuran en el Sahih al-Bukhari (la fuente islámica más confiable acerca de la vida de Mahoma) que tuvo al menos nueve mujeres al mismo tiempo.[ii] Por lo tanto, si el Corán dice que los hombres están autorizados a tener no más de cuatro esposas, ¿por qué Mahoma se casó más veces? Resulta que Mahoma recibió otra revelación (33:50) que le dio, sólo a él, privilegios especiales; o sea, el derecho a casarse con más mujeres. Dado que los seres humanos tienden a alimentar sus deseos, esta parece una revelación muy humana.
Pero el 33:50 no es la única revelación moralmente conveniente. El profeta del Islam tenía un hijo adoptado llamado Zaid. Un día, Mahoma fue a visitarle y fue recibido por la esposa de Zaid, Zaynab, que era una de las mujeres más bellas en Arabia Saudita. Mahoma la vio prácticamente desnuda, y según fuentes musulmanas, su deseo se despertó. Cuando Zaynab descubrió que Mahoma se sentía atraído por ella, comenzó a despreciar a su marido. Zaid se divorció de ella, y Mahoma se casó con la ex esposa de su hijo adoptivo. Este tipo de matrimonio no estaba permitido en esa época, pero una vez más, Mahoma comenzó a recibir revelaciones para justificar su comportamiento (véase 33:5 y 33:37). Esto parece totalmente humano.
II. ASUNTOS ESPIRITUALES
Así que tenemos buenas razones para pensar que el origen del mensaje de Mahoma está en su mente, lo que la influenciaba en la época que vivió. Pero también debemos buscar si puede haber algo más oscuro. Aquí nos encontramos con plenitud de evidencias que sugieren que fuerzas del más allá estaban detrás de las enseñanzas de Mahoma.
El Islam parece estar diseñado para alejar a la gente de creer en el verdadero evangelio. El núcleo del evangelio cristiano consta de tres doctrinas: (1) Jesús es el Hijo divino de Dios, que (2) murió en la cruz, y (3) resucitó de entre los muertos. Estos son los elementos clave del evangelio según el Nuevo Testamento. Sin embargo, también el Nuevo Testamento nos dice que vendrían falsos profetas y que tratarían de distorsionar este mensaje. Mahoma enseñó a sus seguidores a rechazar las tres doctrinas, y esto es exactamente lo que cabría de esperarse si Mahoma fuese dirigido por fuerzas demoníacas. Pero ¿hay alguna evidencia adicional de que Mahoma era susceptible a la influencia de espíritus malignos?
Sabemos por registros musulmanes que la primera impresión de Mahoma, cuando comenzó a recibir revelaciones, es que estaba poseído por demonios. También sabemos que, después de su experiencia en la cueva, se convirtió en suicida y trató de lanzarse desde un acantilado. La esposa de Mahoma, Khadijah, y su primo, Waraqah (personas que no estaban con él en la cueva y no tenían ni idea de lo que éste había experimentado), eventualmente lo convencieron de no estar poseído. Por el contrario, él era un profeta de Dios. Pero esta no era la impresión que Mahoma tenía.
Aún más sorprendente es que, según las primeras fuentes musulmanas, Mahoma, al menos en una ocasión, concibió una revelación procedente del diablo. La historia es la siguiente:
Cuando Mahoma estaba predicando en la Meca no ganaba muchos conversos. Pero él quería que sus paisanos aceptasen el Islam y esperaba recibir una revelación que les ayudase. Entonces, un día recibió la revelación que estaba buscando. Decía así:
¿No han oído hablar de al-Lat y al-Uzza
Y Manat, la tercera, la otra?
Estas son las diosas exaltadas
Cuya intercesión es de esperarse. [iii]
Esta revelación era originalmente parte del Sura 53. Decía que, además de Alá, hay tres diosas a las que los musulmanes pueden orar: al-Lat, al-Uzza y Manat. Mahoma habló estos versos a sus seguidores, se inclinó para honrarles, y sus seguidores le siguieron. Pero un poco más tarde, Mahoma regresó y les dijo que estos versos (que él había hablado como parte del Corán) no venían realmente de Dios, sino que eran de Satanás. La única conclusión que podemos sacar de esto es que Mahoma no podía distinguir entre una revelación de Dios y una revelación de Satanás.
Pero hay más. Sabemos de múltiples fuentes que Mahoma fue víctima de magia negra, la cual lo volvió delirante y le dio falsas creencias. Según la historia, un judío robó el peine de Mahoma y lo utilizó para hechizarle. El hechizo duró aproximadamente un año y afectaba a la memoria de Mahoma y le daba ideas delirantes. [iv]
Por lo tanto, ¿podrían los poderes demoníacos haber influido en las enseñanzas de Mahoma? La primera impresión de éste acerca de sus revelaciones fue pensar que estaba poseído. Fuentes musulmanas informan que Mahoma recibió revelaciones del diablo, y que una persona pudo llenarle de ideas delirantes y falsas creencias, simplemente por conseguir cabello de su peine. Ante tal evidencia clara de problemas espirituales, es muy difícil tomar en serio las aseveraciones de Mahoma.
III. ¿UN ORIGEN DIVINO?
Tenemos sólidas evidencias de que algunas de las revelaciones de Mahoma tuvieron un origen puramente humano. Al mismo tiempo, hemos visto que algo mucho más oscuro estuvo detrás de la composición del Islam. La cuestión que ahora tenemos ante nosotros es si tenemos una buena razón para pensar que el Islam proviene de Dios. ¿Existen pruebas lo suficientemente fuertes como para compensar las dificultades que hemos visto? Vamos a examinar los dos argumentos más comunes del profetismo de Mahoma.
En primer lugar, los musulmanes afirman que los milagrosos conocimientos científicos de Mahoma son prueba de que su mensaje era de Dios. El evidente problema con este argumento es que tanto el Corán y el hadiz están llenos de imprecisiones científicas. En el Sahih Al-Bukhari 547, Mahoma dice a sus seguidores que si una mosca cayese en su bebida, deberían sumergirla dentro de ella, porque una de las alas de la mosca tiene una enfermedad, mientras que la otra ala posee la cura para la enfermedad. Si bien es cierto que las moscas transmiten enfermedades, sin duda no tienen la cura para estas enfermedades en sus alas.
Mahoma dijo a sus seguidores que Adán medía 90 pies de altura y que la gente se ha ido encogiendo desde el tiempo de Adán.[v] Sin embargo, es físicamente imposible que un ser humano pudiese ser tan alto, y no tenemos pruebas de que los seres humanos se han ido encogiendo desde los tiempos de Adán.
El Corán nos dice que el sol sale en una piscina de agua turbia (18:86) y que las estrellas son misiles que Dios usa para disparar cuando los demonios tratan de escabullirse al Cielo (67:5). En el Sura 27, las hormigas hablan con Salomón. En el Sura 86, aprendemos que el esperma se produce entre las costillas y la columna vertebral. Según varios versos del Corán, los seres humanos provienen de un coágulo de sangre. Todas estas afirmaciones son científicamente falsas.
Los musulmanes, por supuesto, tienen la libertad de reinterpretar estos pasajes. Pero ya que éstos son mucho más claros que cualquier declaración supuestamente científicamente precisa, es evidente que los apologistas musulmanes no pueden recurrir a la ciencia como prueba de su fe.
En segundo lugar, el argumento central del Corán se encuentra en el Sura 2:23, que dice: Y si tenéis alguna duda sobre lo que hemos revelado a Nuestro siervo, venid vosotros con una sura igual; y si decís la verdad, llamad a esos testigos que tenéis en vez de Allah. Según este verso, si una persona no puede componer algo parecido a un capítulo del Corán, debe admitir que el Corán es de Dios. Para descubrir cómo esta afirmación es sorprendente, considere uno de los capítulos cortos del Corán:
Es cierto que te hemos dado la Abundancia. Por eso reza a tu Señor y ofrece sacrificios. Porque es quien te detesta, el que no tendrá posteridad. (Sura 108)
¿Se supone que vamos a creer que este capítulo es tan maravilloso que los seres humanos son totalmente incapaces de producir algo parecido? Esa declaración es absurda. Sin embargo, este fue el desafío de Mahoma.
Notemos también que si tomamos en serio el desafío musulmán, muchas cosas resultarían ser inspiradas por Dios. No puedo componer sinfonías como Mozart. ¿Significa esto que las sinfonías de Mozart son música inspirada por Dios? No puedo escribir obras como Hamlet ni Romeo y Julieta. ¿Significa esto que las obras de Shakespeare son escritura inspirada? El criterio de Mahoma equivale a «Si mi poesía es mejor que tu poesía, mi poesía es de Dios», y esto simplemente no tiene sentido.
Hay, por supuesto, otros argumentos para el Islam. Sin embargo, muchos musulmanes creen que los dos argumentos que hemos considerado ofrecen sus pruebas más fuertes del profetismo de Mahoma. Incluso un examen superficial de las pruebas muestra que estos argumentos fallan miserablemente.
IV. EVALUACIÓN
Hemos visto que el Islam se parece a una mezcla de enseñanzas judías, enseñanzas cristianas heréticas y prácticas paganas; y también que algunas de las revelaciones de Mahoma tenían como fin satisfacer sus deseos. Por lo tanto, tenemos pruebas convincentes de que algunas enseñanzas del Corán tenían un origen puramente humano. También hemos visto que el Islam parece estar diseñado para alejar a la gente del evangelio, que la primera impresión que él mismo sintió al comienzo de sus revelaciones fue que estaba poseído por demonios, que ciertamente admitió recibir una revelación del diablo y que era víctima de magia negra. Esto nos da una buena razón para suponer que había fuerzas demoníacas detrás del ministerio de Mahoma. Dado que no tenemos pruebas de que Mahoma recibió sus revelaciones de Dios, sólo podemos concluir que Mahoma era un falso profeta y que cualquier persona que quiera seguir la verdad tendrá que buscarla en otra parte que no sea el Islam.
[i] Según Tabari, «el Mensajero de Dios se casó quince veces y consumó su matrimonio con trece. Combinó once al mismo tiempo y le sobrevivieron nueve de ellas». TheHistory of al-Tabari, Volume IX: The Last Years of the Prophet, [La Historia de al-Tabari, Tomo IX: Los últimos años del Profeta], Ismail K. Poonawala, tr. [Albany: State University of New York Press, 1990], pp. 126-7).
[ii] «Anas bin Malik dijo: «El Profeta solía visitar a todas sus esposas en una ronda, durante el día y la noche y eran once en número». Entonces, le pregunté a Anas si el Profeta tenía la fuerza para ello. Anas me respondió: «Solíamos decir que al Profeta se le había dado la fuerza de treinta (hombres)». Y Sa’id comentó respecto a la autoridad de Qatada que Anas le había hablado de sólo nueve mujeres (no once)» (Sahih al-Bukhari , N º 268).
[iii] Véase Ibn Ishaq, Sirat Rasul Alá [Life of Muhammad (Vida de Mahoma)], A. Guillaume, trad. (Oxford: Oxford University Press, 1955), pp. 165-6.
[iv] Sahih al-Bukhari 5765.
[v] Consulte Sahih al-Bukhari 3326 y Sahih Muslim 6809.
Fuente: mismo autor y web que en el artículo anterior
Categorías:Islam
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