Resolución de la 27ª Conferencia Pan-Ortodoxa de Iglesias Ortodoxas autorizadas y sagradas metrópolis sobre asuntos de herejías y para-religión
- La Conferencia ha establecido que ha habido una aplastante propagación del ocultismo en nuestro tiempo. El ocultismo es una fe en las realidades ocultas, entidades y poderes a las que se accede mediante técnicas ocultas. Este es un sistema antiguo y polimorfo, con un carácter antropocéntrico y motivado demoníacamente a través del tiempo; aleja a la humanidad de su verdadero destino, que es la deificación (zeosis) por la Gracia, dándole lugar al engaño de la auto deificación.
- El ocultismo contemporáneo se presenta en las formas de neo-satanismo, brujería muy diversa, espiritismo, canalización, esoterismo, cábala, adivinación (nigromancia, lectura de los posos del café, augurios, oniromancia, cleromancia, cartas del tarot), astrología, chamanismo, pseudo-angelología, ángel-terapia, Reiki, neo-paganismo, aritmomancia (adivinación con los números), el movimiento Deunov, ufología y muchas otras formas de ocultismo, todas pertenecientes a la corriente más general conocida como “Nueva Era”.
- La existencia, la identidad y las técnicas de las formas básicas del ocultismo ya están recogidas en la Santa Biblia. En ella, podemos ver una clara distinción entre los santos y genuinos carismas espirituales de la Iglesia, y los fraudulentos y demoníacos, que se manifiestan en el ocultismo a través del tiempo. Jesús Cristo vino al mundo para destruir el dominio y las obras de Satanás. En la Santa Biblia se profetiza el hecho escatológico y se da esperanza de la salvación de la humanidad, así como de la eliminación de todos los poderes de la oscuridad.
- Los más vulnerables a los efectos del ocultismo son nuestros jóvenes. Las principales razones por las que nuestros jóvenes están influenciados por las diferentes formas de ocultismo son: las características particulares de los grupos más jóvenes, especialmente los de la pubertad; una deficiente catequesis ortodoxa; la inadecuación y la evidente crisis dentro de la familia; los erróneos objetivos de la educación y su des-cristianización; la ausencia de sentido en las vidas de los jóvenes y de su búsqueda en áreas espiritualmente peligrosas; el lavado de cerebro sistemático mediante material impreso, juegos y medios de comunicación electrónicos (televisión, internet), así como la preocupante dependencia de estos. El fenómeno “Harry Potter” es un caso característico de penetración del ocultismo en los grupos de niños y adolescentes.
- La Conferencia se ha preocupado muy asiduamente por las formas más serias del ocultismo contemporáneo. Una forma muy extendida de ocultismo es la astrología, que busca proyectarse como una ciencia que ejerce una fascinación impresionante en la persona moderna y secularizada. La aísla de la Providencia de Dios, la encadena a percepciones fatalistas con sus falsas predicciones, manteniéndola así cautiva con engañosos “poderes astrales”, que en realidad son poderes demoníacos. La ciencia moderna de la astronomía ha separado claramente su postura y posición frente a la astrología y la ha declarado como una pseudo-ciencia.
- El neo-paganismo es uno de los más robustos canales del ocultismo de la Nueva Era, que proyecta y establece sus creencias en el supuesto regreso a la gloria de la antigüedad pre-cristiana.
Sin embargo, estas creencias son solo algunas de las modernas formas religiosas del nexo ocultista de la Nueva Era, que han sido estructuradas con elementos de la antigua idolatría.
- Hoy en día, la pseudo-angelología no tiene absolutamente nada que ver con la enseñanza eclesiástica que se refiere a los santos ángeles. Tanto en lo que respecta a las premisas previas, así como en lo que respecta a su contenido, tiene un contenido definidamente anti-cristiano, sincrético y ocultista.
Es una combinación de elementos extra-cristianos, cristianos, esotéricos, judaicos e islámicos que, en muchas áreas tiene fuertes reminiscencias de características del antiguo gnosticismo, y que claramente lleva el sello de la Nueva Era.
- Una forma característica de ocultismo es la denominada “canalización”, una práctica claramente de la Nueva Era, que convierte a cualquier persona envuelta en ella en un “canalizador” que, según las palabras de sus representantes, se pone en “sintonía energética” con los espíritus, para que él / ella sea capaz de “canalizar” mensajes e instrucciones de supuestas “entidades luminosas” (ángeles, maestros, extraterrestres y similares). La forma en que esta técnica se implementa nos confirma que es una peligrosa técnica ocultista, que “abre” canales de comunicación con espíritus impuros. Por otra parte, en la Tradición Ortodoxa no existen tales “técnicas” para comunicarse con el Dios Trino, Sus Ángeles y Sus Santos.
- Para la Iglesia Ortodoxa, las realidades y poderes ocultos a los que se refiere el ocultismo en todas sus formas son claramente demoníacos, así como lo son sus técnicas.
Las consecuencias de la preocupación y el interés por el ocultismo son impredecibles y extremadamente severas, tanto para la salud del alma y del espíritu de las personas involucradas, así como para su salud física, dado que en los últimos años se está utilizando en los “métodos terapéuticos” de las llamadas “terapias de energías alternativas”, pero también se está esforzando por infiltrarse en los sectores de la medicina clásica y de la salud mental. En consecuencia, todo el que se involucra de alguna forma con tales realidades ocultistas, poderes y técnicas, está separándose a sí mismo del Cuerpo de la Iglesia y sometiéndose a los poderes demoníacos.
- Fenómenos similares se están encontrando desafortunadamente en personas aisladas y grupos activos dentro del espacio de la Ortodoxia, como por ejemplo son algunas autodenominadas mujeres “iluminadas” y “visionarios”. También se encuentran en variadas categorías de los cismáticos vetero-calendaristas que están activos tanto en Grecia como en otros países, con prácticas que se desvían seriamente de la Tradición Ortodoxa.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, se debe proveer al pueblo fiel de vigilancia y conciencia (con todos los medios de que disponga la Iglesia), mientras esté en pleno desarrollo un intento coordinado por adulterar la conciencia ortodoxa. Además, como ya se ha señalado, el ocultismo y las nuevas herejías emergentes, no tienen como fin el atraer a los fieles fuera de la Iglesia, sino más bien mantenerlos dentro de ella, con una conciencia ortodoxa totalmente distorsionada.
La Conferencia ha aprobado unánimemente las resoluciones mencionadas anteriormente y por la presente autoriza a su Presidente a firmarlas.
El Presidente de la Conferencia:
† Metropolita Pablo de Glyfada, Hellenikon, Voula, Vouliagmeni y Vari.
Los representantes autorizados de las Iglesias Ortodoxas:
Patriarcado Ecuménico: Metropolita Damascenos de Kydonia y Apokoronas.
Patriarcado de Alejandría: Metropolita Emmanuel de Ptolemais.
Patriarcado de Jerusalén: Arzobispo Demetrios de Lydda.
Patriarcado de Rusia: Higumeno Feofan Lukianov.
Patriarcado de Serbia: Hieromonje Eusebio Meandzia.
Patriarcado de Rumanía: Profesor Cipriano Stretza.
Patriarcado de Bulgaria: Metropolita Serafín de Nevrokopion.
Iglesia de Chipre: Protopresbítero Demetrios Kostopoulos.
Iglesia de Grecia: Protopresbítero Kyriakos Tsouros.
Iglesia de Polonia: Protopresbítero Andreas Levcak.
Anfitrión de la Conferencia: Metropolita Dionysios de Corinto.
Presidente de la Conferencia:
† Metropolita Pablo de Glyfada, Hellenikon, Voula, Vouliagmeni y Vari.
Traducido por psaltir Nektario B.
© Mayo 2016
Categorías:Apologética, familia ortodoxa, iglesia ortodoxa
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